El peligro acecha por todas partes a las cuadrillas de bomberos de Oregón Central, pero el mayor riesgo de todos podría ser perder sus corazones...
Lincoln Reid se quedó sin palabras al ver a Jacob Hartman entre los nuevos reclutas de su escuadrón. Linc había prometido a su difunto mejor amigo que se mantendría alejado de su hermano pequeño. Y sin embargo, aquí está Jacob... y casi instantáneamente, la misma tentación que Linc siempre había sentido a su alrededor está causando demasiados problemas.
Jacob entiende las preocupaciones de todos, pero ha esperado años para tener la oportunidad de entrar en el equipo de élite de los saltadores de humo, con la esperanza de honrar la memoria de su hermano.
Está preparado para afrontar cualquier reto que le plantee Linc, y siente que la química entre ellos -química que Linc insiste en ignorar- sigue viva y más intensa que nunca. Esta vez, Jacob está decidido a conseguir lo que quiere.La proximidad y las altas apuestas hacen que sea difícil para Linc mantener su determinación, y no digamos sobre hacerlo mientras se asegura de que el novato esté a salvo. Pero cuanto más se acercan, más se arriesga Linc a romper otra promesa: la que su corazón quiere hacer a Jacob.
Los saltos con humo son la vida de Garrick Nelson.
Nada, ni las graves lesiones ni la brutal terapia física posterior, va a impedirle volver con su equipo. Pero cuando una perra perdida aparece en el porche de su casa, no puede rechazarla y no puede cuidar de ella él solo.
Afortunadamente, la ayuda llega en forma de su nuevo y sexy vecino amante de los perros.
Mientras trabajan juntos, intentando que su pequeña princesa vuelva a su hogar, Garrick no puede resistirse a la creciente atracción que siente por el otro hombre, aunque sabe que éste no es de los que se quedan.
Rain Fisher no se toma nada demasiado en serio. Baila por la vida, una aventura a la vez, sin establecerse en un lugar por mucho tiempo. Cuando su atractivo vecino, convenientemente atlético, aparece en su puerta con un perro a cuestas, Rain está decidido a salvar no sólo al adorable cachorro, sino también a su reticente dueño. Nunca pensó que su coqueteo lo tentaría a establecerse de una vez por todas...
El peligro acecha por todas partes a los equipos de bomberos de Oregón Central, pero el mayor riesgo de todos podría ser perder el corazón.
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